sábado, 27 de mayo de 2017

El Padre os quiere, porque vosotros me queréis y creéis

En verdad, en verdad os digo: si pedís algo al Padre en mi nombre, os lo dará. Jn (16, 23b-28).


Jesús se esforzó por hacernos entender que Dios es todo amor, y que no hay nada que no esté dispuesto a concedernos, si es por y para nuestro bien, y el bien de la humanidad. No hay nada que Dios quiera más para nosotros que nuestra verdadera felicidad, la felicidad completa para nosotros. Jesús nos tranquiliza: Él refleja al Padre, exactamente de la misma manera, y no hay nada que pudiera complacer más al Padre que nuestra confianza en su amor incondicional. Su propia persona vino al mundo para reflejar este amor del Padre por nosotros, y esa fue su misión. “La Misericordia y Su Redención”, Él volvió al Padre y nos dejó al Espíritu Consolador.


Imaginemos a Dios, todo Misericordioso, haciéndote esta pregunta: “¿Estarías tú dispuesto a confiar en que yo te amo con un amor eterno?”.

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