Jesús le responde: «Yo soy el camino y la verdad y la vida. Nadie va al Padre sino por mí» (Jn 14, 5-6)
Estas palabras de Jesús son para hacernos sobre el camino de nuestra
vida, ese al que Jesús se refiere.
Jesús es el camino seguro para no perdernos, sin rodeos y sin atajos,
el camino más recto, el de la Iglesia. A veces, con el cansancio del camino y
los afanes del día a día, nos proponen rutas distintas, que se nos venden como
atajos menos esforzados y que no nos llevan a ninguna parte o a perdernos
definitivamente.
Jesús es la Verdad, esa verdad profunda que responden a nuestras
preguntas más íntimas, las que tienen que ver con su existencia y la paz de su
corazón.
Jesús es la Vida, porque fuera de Cristo todo se muere y acaba. Vivir
en Cristo es vivir de verdad, vivir fuera de Cristo es morir, aunque vayamos
todos los días a un gimnasio para mantenernos constantemente en forma.
Esta es la receta sencilla y clara para ir al cielo: Yo soy el camino,
la verdad y la vida. Nadie va al Padre sino por mi”
No pongamos tantas excusas, tenemos el Evangelio, no nos hagamos los
locos. Las cosas de Dios son mucho más claras de lo que creemos. Nosotros las
oscurecemos y complicamos cuando nos empeñamos en salirnos de su Camino por
buscar atajos para ir a sitios que no son precisamente el Cielo.